martes, 31 de diciembre de 2013

Pajaritos en la cabeza y masoquismo extremo

Love is in the air, como te habrás dado cuenta, tuvo un parón de muchos meses. Dejé de escribir porque no quería escribir sólo por la presión de que los blogs son como mascotitas a las que hay que alimentar todos los días para que sobrevivan, empecé a sentir que había llegado a un momento donde poco tenía que decir o donde me parecía que no había nada que quería que fuera leído. 

Sin embargo ahora me picó el bichito otra vez, increíblemente hablando con mi abuela, una chica de 73 años a quién tuve que poner al día estas vacaciones, de mi vida. Hablando con ella (en realidad ella habla sin parar y yo de vez en cuando meto algún bocado) me di cuenta que las mujeres tenemos una imaginación imparable y una capacidad para producir pajaritos en la cabeza inimaginable además de combinarlo con un masoquismo extremo. 

Paso a explicar los dos puntos:

1. Pájaros en la cabeza. 
Dícese de la mujer que se imagina una historia con todos los matices habidos y por haber sobre lo que dirá, hará, pensará, sentirá tanto ella como el otro cuando se vuelvan a ver, porque cuidado, para nosotras cuando nos dejan no es un "hasta nunca" es más bien un "see you later alligator". Antes de llegar a ese reencuentro nuestra cabeza ya ha recreado mil y un posibles reencuentros (en invierno, en verano, en un puente, de casualidad por las calles de tu barrio, en el chino de la esquina, no dejamos escenario fuera de las posibilidades) donde podemos poner en palabras todo lo que esperamos que el otro haga y diga, casi siempre con final feliz, y con esto no me refiero a un final de Hollywood (que si lo pensamos es porque seguimos enamoradas hasta las trancas) sino también un final de esos donde nos despachamos a gusto, porque que me diga alguien quién no ha dicho "si me lo encuentro le diría esto, esto y aquello". 

El problema es que cuanto más lo imaginamos menos sucede, o sucede algo totalmente diferente a como lo habías planeado. 
Porque en tu imaginación en ese encuentro con el tío que te dejó, tu estás hecha un figurín recién salido de la peluquería y con ropa que ni siquiera hoy tienes en el armario. Sin embargo y aquí recordando a una de mis profesoras, si el reencuentro se da, ese día estás con el pelo hecho un asco, con tu peor chándal y como en ese instante de desolación solo quieres que te trague la tierra, poco te acuerdas del discurso magistral que tenías preparado. 
Como diría mi abuela: "siempre hay que ir por la vida arreglada que nunca se sabe lo que te puede pasar o con quién te vas a encontrar"

2. Masoquismo extremo
Las mujeres tenemos una capacidad increíble para pensar que el otro cambiará por nosotras. Somos capaces de aguantar al más zapallo de los zapallos sólo porque pensamos que con el tiempo se transformará en el ser que queremos que sea. Repetimos con el mismo capullo una y mil veces hasta que no haya cuerpo, ni mente, ni corazón que lo resista. Podemos tener enfrente a la mejor persona del mundo pero preferimos ir detrás del que nos hizo llorar y sufrir, no me pregunten por qué pero es una realidad que se puede confirmar preguntándole a tu prima, tu vecina, tu maestra, tu madre, la hermana de tu cuñada, a tu abuela y la señora que vende flores en la puerta de tu casa. 
No se si a los hombres les pasa, sé que a todas mis amigas y conocidas les ha pasado alguna vez, eso de sentir que el mal que nos hace determinada relación lo consideramos muy poco respecto a las migajas de amor realmente ofrecido por el otro. 

Como dice mi abuela: "Danielita, las mujeres somos masocas y punto" 


2 comentarios:

  1. Mi opinión:
    El cerebro trabaja constantemente creando escenarios, es una de sus peculiaridades, ya desde muy pequeños creamos escenarios ficticios mediante los juegos, lo hacemos los humanos y lo hacen los animales, más tarde los escenarios se profesionalizan y existen los simuladores donde los pilotos se enfrentan a situaciones complicadas para aprender a salir de ellas con seguridad, también las empresas crean escenarios basados en la situaciones coyunturales y estiman las decisiones adecuadas para cada uno de ellas. El ejercicio de crear escenarios es una preparación que nos hace simular las reacciones que tendremos en cada uno de ellos antes de que se produzcan y evidentemente los revestimos con todo lujo de detalles, en sí mismo este ejercicio es natural y forma parte importante de nuestra conducta, solamente es dañino cuando es exagerado, como todo, o cuando se va a los extremos ya sea porque los escenarios son absolutamente idílicos e imposibles, lo que puede rozar la locura o porque son tan sumamente negros y también imposibles que nos pueden llevar a una depresión, pero estas situaciones, en la mayoría de los casos, los solemos reconocer y en consecuencia los rechazamos como improbables.
    Uno de los escenarios más recurrentes con los que nuestra mente juega es con los posibles encuentros con la persona a la que el enamoramiento nos ha ligado, la recreación es como una película en la que hasta el más mínimo detalle está cuidado y el guion se va creando sobre la marcha corrigiendo las desviaciones no creíbles para evitar caer en una situación surrealista, lo bueno es que nos orienta sobre nuestros verdaderos sentimientos, sobre lo que esperamos de la relación, sobre que queremos realmente y sobre lo que esperamos del otro y esto es importante porque nos sitúa de un modo claro y sabemos exactamente donde estamos a base de crearnos escenarios. Se lo que siento y lo que quiero, puede ser la conclusión final de este ejercicio mental tan necesario y que tanto nos puede ayudar (o destruir si dejamos a la mente cabalgar desbocada).
    Tanto el hombre como la mujer en fase de enamoramiento crean constantemente escenarios con el objeto de su amor, la diferencia está en que la mayor parte de las veces, no siempre, la mujer crea escenarios románticos, tipo novela rosa, que generalmente terminan con un apasionado beso que confirma su relación, a la vez que lanza un suspiro y deja su mente emborrachada de dulzura. La diferencia con el hombre es que este crea sus escenarios a partir del beso, no siempre pero si la mayor parte de las veces, y más que una novela rosa crea una escena porno, también con todo lujo de detalles, que suele acabar con una masturbación que le deja bastante relajado. En definitiva ambos se complementan ya que todo este proceso del enamoramiento persigue un fin en el que ambas partes son necesarias y con solo una de ellas se quedaría incompleta.
    Si nos atenemos al objeto de nuestro amor en este sentido cupido lleva una venda que le tapa los dos ojos, no uno, ya que sus flechas van a dar donde nuestra razón dice que mejor que no hubiesen hecho diana, y eso es igual para hombres que para mujeres. A nuestro lado suele haber alguien perfecto que nos ama con locura, pero nuestros escenarios ponen a otros actores con los que compartir los suspiros y las masturbaciones y que son difícilmente asequibles a nosotros, pero que irracionalmente nos sentimos atraídos hacia ellos, como los marineros hacia los cantos de las sirenas que son su perdición.
    Los pájaros en la cabeza y el masoquismo enredan por igual a unas que a otros y son generados como parte natural de nuestro cerebro que nos hace desear lo difícil y vivir todo tipo de situaciones con el/la deseado/a. Posiblemente este mecanismo forma parte de nuestra evolución y sin el no estaríamos donde estamos.

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    1. Hola, soy Theresa Williams. Después de estar en una relación con Anderson durante años, él rompió conmigo, hice todo lo posible por traerlo de regreso, pero todo fue en vano, lo quería tanto por el amor que tengo por él. Le supliqué todo, hice promesas pero él se negó. Le expliqué mi problema a mi amiga y ella sugirió que debería contactar a un lanzador de hechizos que podría ayudarme a lanzar un hechizo para traerlo de vuelta, pero soy del tipo que nunca creyó en el hechizo, no tuve más remedio que intentarlo, yo envió por correo el lanzador de hechizos, y me dijo que no había problema de que todo estaría bien antes de los tres días, que mi ex volvería a mí antes de los tres días, lanzó el hechizo y sorprendentemente en el segundo día, eran alrededor de las 4 p.m. Mi ex me llamó, estaba tan sorprendido que respondí a la llamada y todo lo que dijo fue que lamentaba tanto todo lo que sucedió que quería que volviera con él, que me ama tanto. Estaba tan feliz y fui a verlo. Así fue como comenzamos a vivir juntos felices de nuevo. Desde entonces, he prometido que cualquiera que conozca que tenga un problema de relación, sería de ayuda para esa persona al referirla al único lanzador de hechizos real y poderoso que me ayudó con mi propio problema. Su correo electrónico: {drogunduspellcaster@gmail.com} puede enviarle un correo electrónico si necesita su ayuda en su relación o en cualquier otro caso.
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