Tengo un seguidor que desde su primer comentario en mi blog ha provocado mi admiración. Fernandonando (sólo conozco su seudónimo) es a primera vista un gran escritor y es por eso que lo invité a que me contara por qué los hombres dicen que a las mujeres no hay quién las entienda.
Físicamente a la
vista está que hombres y mujeres no somos iguales, para alegría de unos y de
otras, entonces, ¿por qué suponemos que psíquicamente si lo somos?. Puede que
haya un gran peso genético y puede que parte se deba a la educación, la
cultura, el entorno y las experiencias personales, pero hay evidencias
razonables para sospechar que existen algunas diferencias psíquicas entre unos
y otros.
Las diferencias de
cualquier tipo crean confusión, estamos acostumbrados a entender el mundo y lo
que nos rodea según nuestro propio mapa de valores y creemos, hasta que
descubrimos lo contrario, que este mapa es igual para todos e interpretamos las
señales que nos llegan conforme a nuestro mapa, dando por hecho que es el mismo de quien
las envía. Nada más lejos de la verdad, cada cual tiene su propio mapa, algunos
se parecen mucho a otros y otros son absolutamente diferentes.
El mapa físico de
las mujeres es diferente al mapa físico de los hombres, esto es tan evidente
que nadie lo pone en duda, pero mucho me temo que el mapa psíquico de las
mujeres también es diferente al mapa psíquico de los hombres y esto nos crea
confusión, tanto a unos como a otros, ya que al interpretarlo, conforme a
nuestro propio código de valores, no entendemos el mensaje que nos están
transmitiendo.
No tiene sentido
entrar en valoraciones de cual es mejor o peor, ¿es mejor el cuerpo de una
mujer o el de un hombre?, son distintos y complementarios. Basados en este
mismo principio puedo aventurarme a concluir que también la psique de uno y de
otra son distintas y complementarias y que sumadas forman un total sin
interferirse.
En el día a día y
en la noche a noche se pueden encontrar mil y una situaciones en que estas
diferencias se hacen patentes, y que llevan a conflictos realmente dolorosos,
ya que el mensaje de uno con una determinada intención es interpretado por el
otro con una intención muy diferente porque el
idioma que están empleando es distinto, por eso siempre aconsejo que no
des por hecho cual es la intención ya que de tu interpretación depende tu
sentimiento y la interpretación la controlas tú, con lo que puedes conseguir
sentirte totalmente feliz o terriblemente enojado ante el mismo hecho, según
como decidas interpretarlo.
Si realmente la
psique de hombres y mujeres es diferente lo normal es que unos no entendamos a
las otras y los otras no entiendan a los unos y dando por sentado que esto es
una realidad, toca trabajar en lo que está en nuestras manos, que son las
interpretaciones de los mensajes que recibimos, olvidándonos de nuestra propia
escala, de nuestro mapa de códigos, dejando la mente en blanco y dando una
interpretación positiva sea cual sea el mensaje que recibimos. Descuida que si
el otro ve que no te enteras ya se esforzará en hacerse entender aunque no
entienda como no te enteras porque, según su código, está claríssssimo.
Aterrizando a casos
concretos los hombres nos quejamos de algunas de estas diferencias más que de otras,
por poner un ejemplo, acostumbráis a enviar mensajes entre líneas creyendo que
vamos a saber interpretar lo que decís sin haberlo dicho. Pues no, solo
entendemos lo que decís y no hay entre líneas que valga, al pan, pan y al vino,
vino y eso no significa, para un hombre, una comida romántica en el campo, o
sea, un picnic, ni que contigo con pan y vino ando el camino, solo significa
que al pan, pan y al vino, vino y no hay más. Otro de los problemas que nos
traen de cabeza a los hombres es el constante cambio de criterio. Si dices que
si es que si y si dices que no es que no y no vale el quería ponerte a prueba,
esperaba que insistieras, poco me
quieres si a la primera ya desistes… Esto va ligado al anterior, para un hombre
si es si, no es un tal vez, o un no encubierto y si te comprometes doy por
hecho que vas a cumplir y no me vas a dejar colgado en el último momento, la
impresión general que tenemos los hombres sobre las mujeres es de que sois un
poco veletas y cambiáis de opinión según sople el viento (sin ofender,
claro..).
Hay más pero no
quiero seguir para no buscarme enemigas, porque de verdad que os adoro, aunque
estaría bien una comunicación más abierta y sincera por ambas partes, luchar
por ser amigos como primer paso y sin esperar nada más, para entendernos mejor,
compartir más, ayudarnos a vivir felices y hacer de nuestras relaciones un
trampolín para un futuro mejor, más que, como ocurre en muchos casos una
plataforma resbaladiza donde muchas veces se acaba dando con los morros en el
suelo. Esta misión es una misión conjunta y en la que nadie nos va a ayudar,
somos nosotros, en la base del dialogo sincero y sin interés, los que tenemos
que trabajar para entendernos mejor, proporcionarnos felicidad y demostrar que
podemos entendernos a pesar, o gracias, a nuestras diferencias físicas y psíquicas.